¡Buen día, buen día!
Deseamos que estén muy bien... ¡¡¡Disfrutemos juntos/as los últimos días en el blog porque ya nos falta muy poquito para la mudanza de plataforma!!!
Matías y las zapatillas mágicas.
En un bonito pueblo muy cerquita de una gran montaña, vivía un pequeño llamado Matías. A Matías le encantaba el fútbol, no se perdía ningún partido, pero apenas jugaba. Matías creía que no sabía jugar. Cuando veía los partidos y observaba a los jugadores hacer impresionantes regates, increíbles pases y marcar fantásticos goles, se quedaba fascinado y pensaba “ojala pudiera jugar yo igual que ellos, pero es demasiado difícil para mí”.
Y de este modo, Matías, que adoraba el fútbol, apenas jugaba partidos, porque creía que no sabía jugar.
A Matías se le iluminaron los ojos y pregunto entusiasmado por las zapatillas.
-Creo que están en el desván-le dijo su tío.
Sin pensarlo dos veces, Matías subió las escaleras y se encontró en el desván buscando las zapatillas mágicas de su tío que le permitirían jugar como lo hacen los grandes jugadores, haciendo impresionantes regates, increíbles pases y marcando fantásticos goles. No tardo mucho en encontrar las zapatillas, pero éstas tenían un agujero y estaban cubiertas de polvo.
Matías soñaba con ser un gran jugador, y así con mucho cuidado y mucha ilusión limpio con esmero las zapatillas y las arreglo hasta dejarlas prácticamente nuevas.
Al día siguiente se puso las zapatillas y se unió a los demás niños y niñas para jugar un partido. Y ocurrió algo maravilloso, Matías hizo regates impresionantes, pases increíbles y marco fantásticos goles. Desde aquel momento jugó muchos partidos, todos los que pudo jugar y pasaba todo el tiempo que tenía libre entrenando y practicando. Enseguida fue conocido por ser un gran jugador.
Pero pasó el tiempo y una mañana justo antes del partido cuando Matías fue a ponerse sus zapatillas, comprobó que de tanto usarlas se le habían estropeado. Intento arreglarlas como lo hizo la primera vez, pero ya no tenían arreglo ya que había jugado muchos partidos con ellas.
Y decidió quedarse en casa y no jugar su partido, ya que sin sus zapatillas mágicas no podía hacer impresionantes regates, increíbles pases ni marcar fantásticos goles. Entonces su tío que le esperaba para verle jugar le dijo:
-Matías, no son las zapatillas mágicas, todo lo has hecho tú. Te has entrenado mucho y has mejorado. Me invente lo de las zapatillas, su única magia es haber conseguido que creyeras en ti y te esforzaras. Ve y juega el partido, tú ya eres un gran jugador y no necesitas zapatillas mágicas.
Y así Matías jugó su partido y comprobó que su tío tenía razón, se había convertido en un gran jugador capaz de hacer regates impresionantes, pases increíbles y marcar fantásticos goles. Había logrado su sueño.
Fín
- ¿Por qué Matías no jugaba al fútbol?
- ¿Cuál era el sueño de Matías?
- ¿Qué pasó para que Matías se decidiera a jugar?
- ¿Consiguió su sueño? ¿qué hizo para conseguirlo?
- ¿Qué tenían de especial las zapatillas?
- ¿Qué le paso cuando se rompieron las zapatillas?
- ¿De qué se pudo dar cuenta Matías?
- ¿Qué hiciste?
- ¿Lo intestaste? Si es no, ¿Crees que hubieras podido? ¿Cómo?
- ¿Lo lograste? Si es Sí ¿Cómo?
- Muchas veces dejamos a medio camino proyectos, sueños o deseos, porque pensamos que es muy difícil, porque creemos que no podemos...¿Pero cómo sabemos sin intentarlo? Un sueño deja de serlo cuando ponemos nuestras manos en acción y nuestro corazón para que se haga realidad.
- Muchas veces nos ponemos "nuestras zapatillas mágicas" porque pensamos que es más fácil, elegimos el camino más corto, para llegar más rápido...Muchas veces el camino más largo y que más nos cuesta nos guarda sorpresas mágicas, que al final del camino podemos disfrutar y sentirnos orgullosos de lo que hicimos.
:D
ResponderEliminarEsTe MenSaJe A sIdO eLiMiNaDo PoR eL aUtOr
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